El último reporte del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) 2022, hace un llamado urgente a la región centroamericana al señalar que la misma está altamente expuesta, vulnerable y fuertemente impactada por el cambio climático, una situación amplificada por la desigualdad, la pobreza, el crecimiento demográfico y la alta densidad de población, cambio de uso de la tierra, particularmente deforestación con la consiguiente pérdida de biodiversidad, degradación del suelo y altos niveles de dependencia de las economías nacionales y locales de los recursos naturales para la producción de materias primas.
A nivel ambiental los cambios en el momento y la magnitud de las precipitaciones y las temperaturas extremas están afectando la producción agrícola. Desde mediados del siglo XX los períodos de sequía extremadamente prolongados se han vuelto más frecuentes, afectando las economías.
Por otra parte, la reducción de las precipitaciones y la alteración de las mismas al inicio y al final de la temporada de lluvias y durante la sequía de mediados de verano (MSD) está impactando la agricultura de subsistencia de secano, particularmente en el Corredor Seco en Centroamérica, comprometiendo la seguridad alimentaria.
Frente a este escenario cabe la pregunta: ¿qué oportunidades tenemos en Centroamérica a partir de las condiciones geográficas y de los recursos naturales?
Centroamérica tiene un gran sector agrícola que puede ser optimizado para reducir o capturar carbono. Prácticas como la agroforestería, la reforestación, la ganadería regenerativa y la mejora en la gestión de suelos, no solo mejoran la captura de carbono, sino también la salud del suelo y la biodiversidad. La otra gran ventaja frente al mercado de carbono consiste es que la región solo aporta un 0,35 % de emisiones a nivel mundial, lo que la hace ser un destino atractivo para programas de compensación de emisiones de carbono.
Los consumidores de avanzada en los países europeos presionan al sector empresarial generador de altas emisiones para que adopten mejoras en sus procesos industriales y en su cadena de suministros que conlleven a reducir sus emisiones y/o compensar las mismas. Es en ese marco, que Centroamérica tiene una gran oportunidad en la oferta de vender productos cuyo origen provenga de prácticas ambientalmente sostenibles y poder insertarse en mejores modelos en la economía global que se encuentra hoy por hoy en una transformación cada día más dinámica y con el interés de promover acciones hacia soluciones basadas en la naturaleza.
Costa Rica: La región presenta diferentes condiciones de modelos y oportunidades. Costa Rica se convirtió en el primer país de América Latina en recibir pagos de un fondo fiduciario del Banco Mundial para mitigar el cambio climático y reducir emisiones de carbono por deforestación y degradación de bosques. El compromiso de país es real y altamente dinámico a nivel institucional y a nivel empresarial.
Nicaragua: Por su parte Nicaragua en el último inventario de Gases de Efecto Invernadero enviado por Nicaragua al IPCC señala que: “A pesar de su mínima contribución a las emisiones, Nicaragua trabaja activamente en la mitigación y adaptación de sus sistemas socioeconómicos, además de promover el reconocimiento global de las pérdidas y daños causados por eventos climáticos extremos”.
Nicaragua presenta grandes retos y oportunidades en el mercado de carbono gracias a su posición geográfica, al ser el país más extenso de Centroamérica y con mayor disponibilidad de tierra representa una posibilidad para realizar acciones de carbono encaminados a la mitigación o bien a la absorción de carbono en el sector agrícola, forestal y ganadero.
La energía limpia, la ganadería regenerativa, el sector forestal puro o en asociación a la agricultura y ganadería y el sector transporte representan, por ahora los sectores de mayor potencial y oportunidades para el desarrollo de programas en el sector privado de bonos, créditos voluntarios de carbono o cualquier instrumento derivado de las convenciones relativas al cambio climático.
Guatemala: Guatemala aspira a alcanzar el objetivo de cero emisiones netas de carbono para 2050 en todos los sectores de su economía. La estrategia, que consiste en 43 acciones, están enfocadas a los sectores de energía, transporte, industria, bosques y otros usos de la tierra, agricultura y ganadería, y desechos sólidos y líquidos.
La visión a largo plazo establecida por Guatemala (entre 20 y 30 años), establece la ruta para alcanzar los objetivos de desarrollo planteados por cada sector, poniendo el foco principal en la mitigación, y centrados en fomentar la inversión, reducir costos de operación, crear nuevos empleos, generar ingresos y, sobre todo, establecer una economía preparada para hacer frente al cambio climático.
El Salvador: Bajo el lema “Transformando los desafíos de hoy para industrias sostenibles del mañana” las empresas salvadoreñas redirigen sus acciones hacia buenas prácticas, tendencias y visiones sobre y Sostenibilidad Industrial, Economía Circular, Cambio Climático y Gestión de Recursos Hídricos. Por su lado el gobierno a través del NDC establece que “en términos de su contribución a la mitigación global del cambio climático, El Salvador se compromete a tener una reducción de emisiones anuales (para 2030 y respecto a un escenario tendencial (BAU) desde 2019) de 640 Kton CO2 Eq por actividades de quema de combustibles fósiles en el Sector Energía y hasta una reducción de emisiones anuales de 819 Kton CO2 Eq en las mismas actividades y sector, si durante el período comprendido hasta dichos años se instalan los modelos tecnológicos, estructuras de financiamiento, marcos normativos y procesos masivos de fomento de capacidades con apoyo internacional de acuerdo a lo establecido en los artículos 9, 10 y 11 del Acuerdo de París.
Honduras: El documento rector de la adaptación en Honduras es el Plan Nacional de Adaptación (PNA), aprobado en el año 2018, el cual establece los lineamientos estratégicos y pilares transversales para su abordaje a nivel nacional. Este documento se enmarca en la planificación nacional en línea con el Plan de Nación y Visión de País. El PNA establece cinco sectores prioritarios para la adaptación en el país: 1. Agroalimentario y Soberanía Alimentaria, 2. Salud Humana, 3. Infraestructura y Desarrollo Socioeconómico, 4. Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos, y; 5. Recursos Hídricos. Por su parte se propone reducir el 16% de sus emisiones y que sea distribuida entre los sectores, en función de la participación proporcional de cada sector en las emisiones nacionales totales de la siguiente manera: • 9% sector Energía; • 5% sector Agricultura; • 1% sector IPPU; y • 1% sector Residuos.
En esta actualización de NDC, Honduras aumentó su compromiso de reducción de emisiones de gases de efecto de invernadero de 15% a 16%; también incrementó, en un 30%, la meta de áreas de bosques a ser restauradas, para un total de 1.3 millones de hectáreas, considerando la importancia significativa del cuidado de los bosques que representan más del 55% de la extensión territorial. Así como se mantiene el compromiso en reducir en un 39% el consumo de leña. Indicando, que todos estos compromisos, son condicionados al financiamiento de la cooperación internacional.
Panamá: La fragilidad ambiental de Panamá a quedado de manifiesto ante la situación climática que enfrenta el canal de panamá. Este fenómeno a dado lugar a que la sociedad panameña asuma un rol mas determinante sobre su futuro climático. En ese sentido en el año 2020 lanzó un nuevo programa nacional por parte del Gobierno de Panamá llamado Reduce tu huella.
El objetivo general del programa es alentar a las organizaciones públicas y privadas a reducir sus emisiones de carbono -por ejemplo, mediante programas de eficiencia energética y el uso de recursos energéticos renovables como la energía eólica o solar- y prestarles apoyo para que lo hagan.
El programa está concebido para abarcar los ministerios gubernamentales, el Canal de Panamá, las organizaciones de los sectores de la logística, la construcción, la silvicultura, la agricultura, el turismo y la hostelería, así como el sector académico y financiero.
En Signaturelex, hemos un constituido un equipo de expertos de primer nivel que está en toda la capacidad para asesorar a empresarios interesados en participar en el mercado voluntario de bonos de carbono, como un modelo de negocios alternativos, complementarios y modernos, que contribuyen al cuidado y sostenibilidad de nuestro planeta
Autores:
Dr. René Ruiz Quezada, Socio Signaturelex Nicaragua
Dra. Rosario Sáenz, Consultora Ambiental